La figura de la calavera se representaba desde la época prehispánica de diversas formas, como el Tzompantli, un altar a la muerte que ilustra el tradicional paso de lo terrenal a lo espiritual.
Este altar tenía la característica de estar formado por hileras de cráneos de las personas sacrificadas en honor a los antiguos dioses. Un ritual muy común en las culturas mesoamericanas por su nivel de creencia.
Para Mictlatecuhtli, el dios del inframundo, esto era una ofrenda maravillosa que aseguraba el paso de las personas a otros niveles
Con la fusión de culturas, los mexicanos siguieron practicando esta ceremonia y adquirieron algunas técnicas europeas, como el famoso alfeñique, el cual utiliza azúcar, agua caliente y limón para crear una masa moldeadora parecida al caramelo.
Las manos de los mexiquenses realizan diferentes figuras con esta técnica, entre ellas las famosas calaveritas, labrando el cuerpo azucarado y decorando los cráneos con colores vegetales realizando grecas, espirales, coronas y piruetas que resaltan el trabajo final de este arte.
¿Por qué tienen nombres las calaveritas de azúcar?
Hay dos versiones que se cuentan acerca de los nombres colocados en la calaverita. Una menciona que es el nombre del difunto que se quiere recordar poniéndolo en la ofrenda.
Por otra parte está el nombre de quien aún vive, se dice que cuando regalas una pieza de estas a un ser querido (ya sea amigo o familiar), le guardas un espacio en el inframundo a través del simbolismo que representa la figura de azúcar, sellando así el destino de la persona.
CAMPO DE FORMACIÓN ACADÉMICA:
- Exploración y comprensión del mundo natural y social
- Cultura y vida social. Interacciones con el entorno social.
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